un
disco duro o
disco rígido (en inglés
Hard Disk Drive, HDD) es un
dispositivo de almacenamiento de datos no volátil que emplea un sistema de
grabación magnética para almacenar datos
digitales. Se compone de uno o más
platos o discos rígidos, unidos por un mismo
eje que gira a gran velocidad dentro de una caja metálica sellada. Sobre cada plato se sitúa un cabezal de lectura/escritura que flota sobre una delgada lámina de aire generada por la rotación de los discos.
Dentro de un
disco duro hay uno o varios
platos (entre 2 y 4 normalmente, aunque hay hasta de 6 ó 7 platos), que son discos
(de aluminio o cristal) concéntricos y que giran todos a la vez. El
cabezal (dispositivo de lectura y escritura) es un conjunto de brazos alineados verticalmente que se mueven hacia dentro o fuera según convenga, todos a la vez. En la punta de dichos brazos están las cabezas de lectura/escritura, que gracias al movimiento del cabezal pueden leer tanto zonas interiores como exteriores del disco.
Cada plato posee dos
caras, y es necesaria una cabeza de lectura/escritura
para cada cara. Si se observa el esquema
Cilindro-Cabeza-Sector de más abajo, a primera vista se ven 4 brazos, uno para cada plato. En realidad, cada uno de los brazos es doble, y contiene 2 cabezas: una para leer la cara superior del plato, y otra para leer la cara inferior. Por tanto, hay 8 cabezas para leer 4 platos, aunque por cuestiones comerciales, no siempre se usan todas las caras de los discos y existen discos duros con un número impar de cabezas, o con cabezas deshabilitadas. Las cabezas de lectura/escritura nunca tocan el disco, sino que pasan muy cerca (hasta a 3
nanómetros), debido a una finísima película de aire que se forma entre éstas y los platos cuando éstos giran (algunos discos incluyen un sistema que impide que los cabezales pasen por encima de los platos hasta que alcancen una velocidad de giro que garantice la formación de esta película). Si alguna de las cabezas llega a tocar una superficie de un plato, causaría muchos daños en él, rayándolo gravemente, debido a lo rápido que giran los platos (uno de 7.200
revoluciones por minuto se mueve a 129
km/h en el borde de un disco de 3,5 pulgadas).